Los principales protagonistas del proceso de enseñanza y aprendizaje son nuestros alumnos y alumnas, que no se encuentran solos/as sino que en todo momento son acompañados/as por su profesorado, por eso es muy importante que levanten la mano cuando en clases no entiendan algo, han de esperar su turno y entonces demandar la información a su profesor/a sin darles vergüenza ni corte. Dicha participación activa del alumnado es importantísima en su educación.

Otro vértice fundamental del triángulo es el profesorado que es quién dirige y ordena la actividad educativa y quién organiza los momentos para preguntar y para intervenir y claro está, “manda” en el aula, siendo por tanto esencial atender las explicaciones y seguir el hilo de sus instrucciones. Pero también el profesorado acompaña, aconseja y orienta al alumnado en ese momento del Instituto que cambia con cada toque de timbre.

Y otro elemento fundamental en esa responsabilidad compartida que tienen los tres picos del triángulo es el que aporta cada padre y cada madre, los padres han de potenciar el estudio diario y poner los límites al tiempo de ocio y centrar las responsabilidades de sus hijos e hijas.

Ninguno de los protagonistas está solo en el devenir educativo sino que cada vértice interactúa con los otros dos, aunque el pico superior lo ocupen en un momento determinado los padres, por ejemplo, pidiendo información sobre los estudios, los otros dos componentes cambian con el elemento superior, dado que el triángulo se mueve porque las personas somos cambiantes y nos “movemos”, pero siempre estamos vinculados los unos a los otros.

Está responsabilidad común funciona de forma más eficaz si potenciamos el diálogo y la comunicación entre las partes, parece que al llegar al Instituto los alumnos y alumnas ya no hablan tanto con sus padres, esto es un grave error, es necesario seguir comunicándose, y también parece que ya no es necesario acudir padre e hijos a las reuniones de Tutorías, también es una equivocación (aunque se esté cursando Bachillerato por poner un ejemplo) y por último, a veces los profesores/as creemos que nuestro alumnado es totalmente autónomo en sus aprendizajes y no es así, tendremos por tanto que secuenciar contenidos para que cada vez sean más independientes y científicos a la hora de tomar decisiones sobre sus estudios inmediatos, a medio plazo y en definitiva sobre su futuro de vida.

Un buen proyecto de formación para nuestros/as alumnos/as ha de contemplar siempre estos tres elementos: su protagonismo pero también el acompañamiento de sus padres y de su profesorado en esa responsabilidad conjunta que se concreta día adía en nuestro Centro educativo.

Por último apuntar que la Etapa del Instituto es, según mi opinión, la Etapa más mágica e importante en la vida de las personas, porque cambia el pensamiento, cambian las formas de relación con los demás y la LIBERTAD y la AMISTAD inundan todas las acciones de nuestro alumnado en desarrollo, así que: buena suerte a todos y a todas en ese devenir por los pasillos y aulas de nuestro I.E.S. Martínez Montañés.